domingo, 18 de septiembre de 2016

HENOS Y ENSILAJES

La henificación y el ensilaje son dos procesos utilizados en la conservación de forrajes. Los henos son provenientes de la deshidratación del sol de gramíneas y leguminosas y su calidad es similar a la del material que les dio origen. Si llueve durante este proceso pueden lavarse  algunos nutrientes y haber fermentaciones que disminuyen su calidad. 

En nuestro país, frecuentemente se comercializan henos que se cortan a salidas de lluvia, luego de un período de crecimiento de varios meses. Son de muy baja calidad y podrían incluirse en la categoría de residuos agrícolas fibrosos. Se pueden utilizar las tablas de forraje frescos para estimar la calidad de henos de edad conocida cosechados en la finca. En otros casos es recomendable hacer algún análisis de laboratorio para determinar su composición química.

En el siguiente vídeo se explica en que consiste la producción de heno


 


Silo ya compactado y perfectamente sellado 
El ensilaje es una fermentación controlada de un material con alto contenido de humedad. Es una práctica que se viene popularizando en los últimos años en nuestro país. Los ensilajes más comunes son a base de pastos o de sorgo y maíz, estos últimos cortados y ensilados cuando el grano está en estado lechoso. La calidad puede disminuir por fallas en el proceso, mala compactacíon, deficiencias en el sellado, etc. La calidad del ensilaje de maíz es superior a la del sorgo y comparable a la de un pasto de buena calidad, sin embargo, los contenidos de proteínas y de calcio son bajos y deben ser suplementados. Si hay fallas en el proceso, la calidad disminuye y son pocos  consumidos por el animal.  Hay métodos de laboratorio para establecer la calidad del proceso, como son las determinación del contenido de nitrógeno amoniacal y de ácido butírico, pero no se utilizan en condiciones comerciales. En cambio, las características organolépticas permiten con algo de experiencia reconocer cuándo el proceso de ensilado ha sido inadecuado.




MINERALES Y VITAMINAS

Los minerales cumplen variadas funciones en el organismo: son los principales constituyen los huesos y los dientes, forman parte de muchos tejidos, intervienen es sistemas enzimáticos, mantienen las relaciones osmóticas y el equilibrio ácido-base del cuerpo. Deficiencias minerales pueden originar disminución en el consumo y la digestibilidad del alimento, las ganancias de peso, la producción de leche, la fertilidad y causar enfermedades. Pero excesos de minerales esenciales o no, pueden causar toxicidad en el animal. Este puede ser el caso de los siguientes minerales en condiciones prácticas: flúor, selenio, molibdeno, cobre, vanadio, arsénico, plomo, cadmio y mercurio.
Los minerales se han dividido en dos grandes grupos: los macroelementos, requeridos en cantidades relativamente grandes, y  los microelementos o elementos traza con una concentración en el organismo inferior a 50 mg/kg. En el primer grupo están: calcio, fósforos, sodio, magnesio, potasio, cloro y azufre, pero solo los tres primeros requieren de particular atención en nuestros sistemas de alimentación. El magnesio llega a ser crítico en países templados al inicio de la primavera, pero generalmente no hay deficiencia en nuestras condiciones. El potasio es muy abundante en la mayoría de los pastos, el cloro se suministra en cantidades suficientes al ofrecer sal para cubrir los requerimientos de sodio y el azufre es un componente de las proteínas y puede llegar a ser crítico sólo en raciones muy altas de urea. Entre los microelementos esenciales más importantes están: cobalto, cobre, yodo, magnecio, cinc, hierro y selenio y de ellos se deben considerar en una mezcla mineral de los cinco primeros.
Las necesidades de vitaminas de las vacas y de animales en crecimiento tardío son generalmente cubiertas en su totalidad por vitaminas o provitaminas ingeridas en los alimentos utilizados en nuestros sistemas de producción, por la síntesis de algunas de ellas por las bacterias del rumen o sintetizadas por el animal en presencia de luz. La vitamina A o precursores de la misma y la vitamina E están en suficientes cantidad en pastos frescos para satisfacer los requerimientos de estos animales. La vitamina D es sintetizada en el cuerpo de animales expuestos a la luz solar y la vitamina K y las vitaminas del complejo B son sintetizadas en suficientes cantidades por las bacterias del rumen. De estas la vitamina B 12 requiere la presencia de cobalto para su síntesis en el rumen.
El becerro pre-rumiante tiene requerimiento mayores de vitaminas, pero mientras es amamantado por la madre, estos nitrientes son aportados por la leche. Solo en condiciones de destete precoz o cuando se restringe mucho el amamantamiento es necesario incluir vitaminas en el concentrado suministrado para sistituir la leche.

LIMITACIONES RELACIONADAS AL PASTOREO Y AL CLIMA

                                                 
El consumo en condiciones de pastoreo puede estar limitado por una serie de factores asociados a las características del pastizal y al clima, que no están presentes en animales alimentados en corrales. Entre las primeras están la cantidad de pasto por hectárea, la carga animal, la forma de la planta y su altura. Y entre los factores climáticos la temperatura, asociada a la humedad relativa, es el más importante.

La oferta de pasto por animal o por hectárea usualmente restringe el consumo en la época seca y la respuesta productiva disminuye. En un pasto bien manejado difícilmente se consigue una utilización mayor al 50% en pastoreo, por lo cual para que no haya limitaciones de oferta, esta debe ser más de dos veces lo que el animal puede consumir. La carga animal es un factor controlado por el hombre y si hay problema de oferta lo ideal es bajar la carga aumentando el área en pastoreo, pero en la mayoría de los casos esto no es posible y se debe recurrir al uso de alimentos conservados (henos o ensilajes), rastrojos o concentrados costosos, o en su ausencia permitir que los niveles productivos disminuyan.

Las altas temperaturas disminuyen apreciablemente el consumo de los bovinos de razas europeas o con alto mestizaje de estas razas y es un factor no controlable por el hombre. Los cruces utilizados en rebaños de doble propósito toleran bien las condiciones imperantes en nuestro ambiente y alteran su comportamiento durante el pastoreo para disminuir las incidencias del clima. Los períodos principales de pastoreo son al amanecer y durante el atardecer, durante los cuales los animales deben permanecer en los potreros. Si las temperaturas y la humedad son muy altas, el animal pastorea poco durante el día y aumenta el pastoreo en la noche. Si los animales permanecen en los potreros durante el día, es necesaria la presencia de árboles de sombra en los potreros para disminuir la radiación solar y favorecer el bienestar del animal.






EL ANIMAL Y SU PRODUCTIVIDAD

  Desde el nacimiento hasta el final de su vida productiva tanto machos como hembras pasan por una serie de etapas fisiológicas que modifican sus requerimientos y en consecuencia son de importancia en la alimentación. El becerro recién nacido es el animal con mayores requerimientos porcentuales de proteína, los cuales son satisfecho por el consumo de leche, alimento con alto contenido de este nutriente. A medida que se desarrolla el rumen, estas necesidades disminuyen pero siguen siendo alta y es la etapa donde se han observados las mayores respuestas al suministro de fuentes de proteína sobrepasante. Una de las etapas más críticas en la alimentación del becerro ocurre inmediatamente después de su destete, el cual es variable según el manejo de la finca y frecuentemente ocurre al final de la lactación al secar la vaca. 

Las ganancias de peso en sistemas de doble propósito son inferiores a las observadas en sistemas de carne con razas cebú y las diferencias se deben fundamentalmente a que en estos  últimos toda la leche de la madre es consumida por el becerro.

Los requerimientos porcentuales de proteína y minerales del animal en crecimiento tardío son menores, siendo esta una etapa de bajas exigencias para su manejo alimenticio. los machos para sacrificio generalmente se ceban a base de pastos durante los últimos meses en la finca, o se venden para terminarlos en zonas con mejores pastos. El animal en esta etapa acumula más grasa que músculo y a la vez que aumentan los requerimientos energéticos disminuyen los requerimientos porcentuales de otros nutrientes, es la etapa con menores requerimientos proteicos y minerales. 

la hembra en edad de servicio y hasta el primer parto tampoco es exigente su alimentación, pero despúes del primer parto constituye la etapa más crítica de la vaca. En ella se suman los requerimientos de la lactancia con los del crecimiento que todavía no se ha detenido y deficiencia en su alimentación repercuten tanto en la producción de leche como en las ganancias de peso y sobre todo en la reproducción. Es la lactancia con mayor intervalo entre partos y la alimentación de la vaca requieren una atención especial.

La lactancia se suele dividir en tres etapas para su manejo alimenticio: el final de la preñez, el inicio y el resto de la lactancia. El mayor crecimiento del feto antes del parto ocurre durante los tres últimos meses de gestación y  los requerimientos aumentan pero son inferiores a los de la vaca produciendo leche. En esta etapa se busca mantener una ganancia de peso de de 0.35 kg/día. Animales subalimentados durante este período disminuyen se producción de leche despúes del parto y afectan su reproducción. Niveles mayores de alimentación no mejoran su producción y pueden llegar afectar su reproducción, pero este no es un caso frecuente en estos sistemas. 
El inicio de la lactancia, los 2-3 primeros meses despúes del parto, es el período más crítico en la alimentación, además del estrés del parto, el animal tiene los mayores requerimientos de producción de leche y el consumo es insuficiente para cubrir sus requerimientos energéticos. Para cubrir este desbalance, el animal hace uso de sus reservas y pierde peso y condición corporal hasta el final de este período, cuando lo comienzan a recuperar paulatinamente hasta la siguiente lactancia. 

Aproximadamente a los 3 meses también debe ocurrir la concepción para mantener el ideal de un parto por año y deficiencia en la alimentación afectan notablemente la eficiencia reproductiva del rebaño. Además, se ha demostrado que la producción durante toda la lactancia está asociada a la producción en este período. Un animal subalimentado en esta etapa disminuye su producción de leche y condición corporal, siendo lenta y difícil su recuperación durante el resto de la lactancia. Sin embargo, es difícil establecer un indicador para conocer si la alimentación durante la lactancia es adecuada o no. Quizás lo más aproximado sea evaluar la condición corporal del animal, la cual está estrechamente relacionada a la eficiencia reproductiva.

jueves, 15 de septiembre de 2016

SISTEMAS BOVINOS DE DOBLE PROPOSITO


Los pastos constituyen la base de la producción de leche en los sistemas de doble propósito, caracterizados por incluir una gran diversidad de especies y variedades sometidos a distintos manejos. Pero todos ellos tienen una característica común: su calidad energética, tanto en gramíneas como en leguminosas, está limitada por nuestra condiciones climáticas y esta a su vez restringe la expresión del potencial productivo de los animales.

La producción de pasto a través del año y su calidad energética son posiblemente los factores determinantes de estos sistemas y la alimentación no se puede excluir de ningún plan de mejoramiento a nivel de finca. La calidad de los pastos limita la producción de leche a 1700-2100 kg/lactancia en graminéas y asociaciones con leguminosas, lo cual define el genotipo de la vaca que puede ser utilizado, animales cebú o cruces de estos con europeos cuyos requerimientos energéticos de producción pueden ser satisfechos totalmente o en gran parte por estos recursos.

Las razas cebú han evolucionado en ambientes tropicales y presentan a su vez mayor resistencia a las inclemencias del clima en estas latitudes. La escogencia de un animal con un potencial mayor de producción, y en consecuencia requerimientos energéticos superiores, resulta en producciones de leche ligeramente mayores pero en parte a expensas de sus reservas, con los conocidos efectos negativos sobre la efeciencia reproductiva, susceptibilidad a enfermedades y sobrevivencia.

CONSUMO DE ALIMENTOS

La producción de leche, la ganancia de peso y la eficiencia reproductiva son afectadas por muchos factores, tales como el genotipo del animal, las condiciones climáticas, enfermedades, la alimentación, etc. En nuestros sistemas de producción, este ultimo factor es de singular importancia debido a las características de los alimentos más utilizados en la dieta, los pastos, y a la manera de ofrecerlos, directamente a los potreros. La respuesta productiva del animal depende de la ingestión de nutrientes (proteína, energía, calcio, fósforo, etc.) y esta a su vez es función del consumo total de alimento y de la concentración de cada nutriente en el mismo. 

El consumo de nutrientes es el producto del consumo total de alimento y de la concentración de cada nutriente en el mismo. Por ejemplo, el consumo total de proteína de una vaca que ingiere 40 kg de un pasto fresco con 25% de materia seca (MS) y 8% de proteína en la materia seca es igual a 800g : 

40 kg pasto fresco x 0.25 = 10 kg MS
10 kg MS x 0.08 = 0.8 kg de protenía = 800 g de proteína 

El consumo en las tablas de requerimientos se expresa en base seca (kg de MS) y los contenidos de nutrientes también se presentan como porcentajes de la MS, debido a que el contenido de agua en los alimentos es muy variable y dificultaría los cálculos al momento de balancear raciones. 

Al considerar un alimento, hay la tendencia a dar más importancia a sus concentración de nutrientes, tambien llamadas calidad o valor nutritivo, que a posibles limitaciones en su consumo. Sim embargo, hay muchas situaciones donde el consumo es tan o más importante que la calidad.

En el caso anterior, si el pasto tiene un alto contenido de fibra lignificada, es posible que la ingestión no sea de 10 kg de MS, sino de una cantidad menor, y en consecuencia el consumo de proteina también sera menor.

El consumo es un componente del balance energético, es decir, el balance entre los requerimientos de energia del animal y el consumo de este nutriente. En esta relación, el animal  no puede modificar sus necesidades y tienden a mantener el equilibrio alternado el consumo. Por ejemplo, al parir una vaca y comenzar la lactación, sus necesidades (o requerimientos) aumentan sin control del animal y el mismo trata de cubrir esos incrementos aumentando el consumo de alimento.

Por ello, una vaca en lactación puede consumir 50% más de alimento que la misma vaca seca y vacía. El control del consumo es muy complejo y los mecanismos involucrados no se conocen en su totalidad. El control se centra está en el cerebro, pero también participan otros órganos, como el rumen y el hígado, distintos metabolismo como el acetato y la glucosa y diferentes hormonas, como la insulina y la hormona del crecimiento.