La henificación y el ensilaje son dos procesos utilizados en la conservación de forrajes. Los henos son provenientes de la deshidratación del sol de gramíneas y leguminosas y su calidad es similar a la del material que les dio origen. Si llueve durante este proceso pueden lavarse algunos nutrientes y haber fermentaciones que disminuyen su calidad.
En nuestro país, frecuentemente se comercializan henos que se cortan a salidas de lluvia, luego de un período de crecimiento de varios meses. Son de muy baja calidad y podrían incluirse en la categoría de residuos agrícolas fibrosos. Se pueden utilizar las tablas de forraje frescos para estimar la calidad de henos de edad conocida cosechados en la finca. En otros casos es recomendable hacer algún análisis de laboratorio para determinar su composición química.
En el siguiente vídeo se explica en que consiste la producción de heno
En el siguiente vídeo se explica en que consiste la producción de heno
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Silo ya compactado y perfectamente sellado |
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