Los pastos constituyen la base de la producción de leche en los sistemas de doble propósito, caracterizados por incluir una gran diversidad de especies y variedades sometidos a distintos manejos. Pero todos ellos tienen una característica común: su calidad energética, tanto en gramíneas como en leguminosas, está limitada por nuestra condiciones climáticas y esta a su vez restringe la expresión del potencial productivo de los animales.
La producción de pasto a través del año y su calidad energética son posiblemente los factores determinantes de estos sistemas y la alimentación no se puede excluir de ningún plan de mejoramiento a nivel de finca. La calidad de los pastos limita la producción de leche a 1700-2100 kg/lactancia en graminéas y asociaciones con leguminosas, lo cual define el genotipo de la vaca que puede ser utilizado, animales cebú o cruces de estos con europeos cuyos requerimientos energéticos de producción pueden ser satisfechos totalmente o en gran parte por estos recursos.
Las razas cebú han evolucionado en ambientes tropicales y presentan a su vez mayor resistencia a las inclemencias del clima en estas latitudes. La escogencia de un animal con un potencial mayor de producción, y en consecuencia requerimientos energéticos superiores, resulta en producciones de leche ligeramente mayores pero en parte a expensas de sus reservas, con los conocidos efectos negativos sobre la efeciencia reproductiva, susceptibilidad a enfermedades y sobrevivencia.
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